jueves, 27 de febrero de 2020


Una pesada amargura       

A María Cristina Cabrera,
estrella reluciente en el
 firmamento de mis afectos

Una pesada amargura cae sobre mis ojos.
Cristalinas lágrimas danzan en mis mejillas,
al compás del llanto, que flota en la brisa
como una música triste y monótona...
Sólo la sombra de mi figura cansada
es proyectada por la luz mortecina
de mi tarde interior,
esa tarde que hoy se cubre con un manto de duelo,
porque ha muerto una ilusión...
Era esa que guardaba, con celo,
en mi vientre y en mi corazón.
Era ese hijo que esperé con tanto anhelo,
ese que besaste cuando me besaste a mí,
ese que llevaría tu nombre, tu risa,
tu sangre y nuestro amor...
Una pesada amargura cae sobre mis ojos,
ya no tengo lágrimas,
sólo me queda el dolor...

Este poema lo escribí teniendo 20 años de edad.


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